Testimonio de Amy. Caso de suicidio y paso por la biblioteca de los Libros de la Vida. Es

Testimonio de Amy. Caso de suicidio y paso por la biblioteca de los Libros de la Vida.

Destino de las almas. Un eterno crecimiento espiritual. 2000.En el siguiente relato, una paciente del Doctor Michael Newton, que aquí toma el nombre de Amy, revive una vida pasada en la cual se suicida por encontrarse soltera, embarazada y perder a su pareja en un accidente en la Inglaterra victoriana. Su alma queda estancada unos cien años dedicada a reflexionar sobre lo que ha hecho, hasta que accede a una biblioteca de los Libros de la Vida. Allá establece un diálogo con el alma de uno de los bibliotecarios, un experto maestro que la ayuda a continuar su camino de evolución espiritual.


Caso 17. Testimonio de Amy. Caso de suicidio.

Amy había retornado recientemente al mundo de los espíritus después de una vida en una pequeña aldea campestre de Inglaterra donde se quitó la vida en 1860, a la edad de dieciséis años. Esta alma debería esperar otros cien años antes de volver a la Tierra, debido a sus dudas y deficiencias para afrontar la adversidad. Amy se ahogó en un estanque de la localidad porque se encontraba embarazada de dos meses y era soltera. Su amante, Thomas, había muerto una semana antes cuando cayó de un techo de paja que reparaba. Supe que ambos estaban profundamente enamorados y planeaban casarse. Durante el recuento de su vida anterior, Amy me confesó que cuando Thomas murió ella sintió que su vida también terminaba. Además ella no quería ocasionar vergüenza a su familia por las habladurías de los aldeanos. Con lágrimas en los ojos, mi paciente me dijo: «sabía que me llamarían prostituta y si hubiera huido a Londres, en eso es lo que se convertiría una mujer joven, pobre y con una criatura».

En casos de suicidio, un guía del alma puede ofrecerle un retiro, una fuerte energía de regeneración, un pronto regreso o alguna combinación de estas alternativas. Cuando Amy cruzó el umbral después de morir, su guía Likiko y el alma de Thomas la consolaron por un tiempo. Más tarde ella quedó a solas con Likiko en un hermoso jardín. Amy percibía la decepción en Likiko y esperaba ser reprendida por su falta de valor. Con rabia, preguntó a su guía por qué la vida no fue como se había planeado desde el comienzo, ella nunca había contemplado la posibilidad de un suicidio antes de encarnar; pensaba que se casaría con Thomas, tendrían niños y vivirían felices en su pueblo hasta la vejez. Sentía como si alguien le hubiese segado la hierba bajo los pies para hacerla caer. Likiko le explicó que la muerte de Thomas era una de las alternativas en este ciclo de vida y que ella tuvo la libertad para tomar decisiones mejores que el suicidio.

Amy supo que para Thomas, su decisión de subir a un techo alto, empinado y peligrosamente liso fue probablemente una alternativa, la más probable porque su mente ya había considerado este «accidente» para probarla a ella. También supe que Thomas estuvo cerca de no aceptar el trabajo en el techo porque percibía «fuerzas internas que lo empujaban en otra dirección». Aparentemente, aunque en anteriores vidas ella había presentado comportamientos tenues, todos en este grupo de almas veían en Amy una capacidad de supervivencia mayor que la que ella misma se atribuía.

Una vez en el otro lado del umbral, Amy consideró todo este ejercicio cruel e innecesario. Likiko le recordó que ella tenía una historia de autoflagelación y si alguna vez pretendiera ayudar a sobrevivir a otros, debería pasar y superar este defecto en ella misma. Cuando Amy respondió que dadas las circunstancias ella no había tenido muchas opciones pues era la Inglaterra victoriana, se encontró en la siguiente escena de biblioteca.

Doctor Newton: ¿Dónde se encuentra en estos momentos?

Paciente: (algo desorientada) Estoy en un lugar de estudio… parece… gótico… paredes de roca… largas mesas de mármol…

Doctor Newton: ¿Por qué cree que está en este tipo de construcción?

Paciente: (pausa) En una de mis vidas fui monje en Europa, en el siglo XII. Me encantaba el viejo claustro de la Iglesia, era un lugar para el estudio en paz. Pero sé donde estoy ahora. Es la biblioteca de grandes libros… los registros.

Doctor Newton: Muchos los llaman Libros de la Vida. ¿Es lo mismo?

Paciente: Sí, todos los usamos… (pausa, está distraída) Hay un anciano de apariencia aprensiva y ataviado con un hábito blanco que se acerca… se agita a mi alrededor.

Doctor Newton: ¿Amy, qué está haciendo el anciano?

Paciente: Bueno, trae un juego de pergaminos, rollos de listas. Está murmurando algo y sacudiendo su cabeza.

Doctor Newton: ¿Tiene idea de por qué?

Paciente: Es el bibliotecario. Me dice: «ha llegado temprano».

Doctor Newton: ¿A qué cree usted que se refiere?

Paciente: (pausa) A que… yo no tenía razones de peso para volver tan rápido.

Doctor Newton: ¿Razones de peso?

Paciente: (se derrumba) Oh… padeciendo un terrible dolor, incapaz de funcionar en la vida.

Doctor Newton: Ya veo. Dígame lo que hace ahora el bibliotecario.

Paciente: Hay un enorme espacio abierto donde veo a muchas almas en largos escritorios, con libros por doquier, pero no voy hacia allí. El anciano me lleva a uno de los pequeños cuartos privados localizados hacia un lado, donde podemos hablar sin molestar a los demás.

Doctor Newton: ¿Cómo se siente por todo esto?

Paciente: (mueve su cabeza resignadamente) Supongo que necesito un tratamiento especial e inmediato. El cuarto es muy sencillo, con una sola mesa y una silla. El anciano trae un gran libro y lo sitúa frente a mí, como si fuera una pantalla de televisor.

Doctor Newton: ¿Qué se supone que usted debe hacer?

Paciente: (abruptamente) ¡Prestarle atención! Él coloca su pergamino frente a mí y luego lo abre. Entonces apunta a una serie de líneas que representan mi vida.

Doctor Newton: Por favor, vaya despacio y explíqueme lo que estas líneas significan para usted, Amy.

Paciente: Son las líneas de la vida… mis líneas. Las gruesas y ampliamente espaciadas representan las experiencias prominentes en nuestra vida y la edad en que muy probablemente ocurrirán. Hay líneas más delgadas que cortan y dividen a las principales, representan una variedad de otras… circunstancias.

Doctor Newton: He escuchado que estas líneas menos prominentes son posibilidades de actuar que se oponen a las probabilidades. ¿Eso es lo que usted dice?

Paciente: (pausa) Correcto.

Doctor Newton: ¿Qué más puede decirme de estas líneas gruesas y delgadas?

Paciente: Bueno, la línea gruesa es como el tronco del árbol y las más pequeñas son como sus ramas. Sé que el tronco es mi camino principal. El anciano está apuntando a esta línea y me reprende un poco por haber tomado una rama que significaba un callejón sin salida.

Doctor Newton: Usted sabe, Amy, a pesar de que este archivero está molestándola por las líneas, sabemos que representan una serie de alternativas. Desde la perspectiva del karma, todos tomamos el camino equivocado de vez en cuando.

Paciente: (acaloradamente) Sí, pero esto es serio. Ante sus ojos, no cometí un pequeño error. Sé que a él le preocupa lo que hago. (hace una pausa y luego dice con tono alto) quisiera pegarle en la cabeza con su maldito pergamino. Le digo: «¡Vaya e intente vivir mi vida por un rato!».

Nota: En este momento Amy me comenta que el rostro del anciano se ablanda y abandona el cuarto por algunos minutos. Ella cree que le está dando algo de tiempo para que se recupere pero en cambio vuelve con otro libro. Este libro está abierto en una página donde Amy puede ver al archivero, joven, siendo destrozado por los leones en un antiguo coliseo romano, sentenciado a esta muerte por sus convicciones religiosas. De nuevo retira su libro y abre el libro de Amy. Le pregunto qué ve a continuación.

Paciente: Se anima en color tridimensional. Me muestra la primera página con un universo de millones de galaxias. Luego la Vía Láctea… y nuestro sistema solar… de manera que recuerde de donde vengo, como si pudiera olvidarlo. Luego me muestra más páginas.

Doctor Newton: Me gusta esta perspectiva, Amy. Luego, ¿qué más ve?

Paciente: Ahh… prismas de cristal… oscuros y luminosos dependiendo de los pensamientos enviados. Ahora recuerdo que he hecho esto antes. Más líneas… y retratos… donde puedo adelantar o retroceder en el tiempo con mi mente. Pero de alguna manera el anciano me está ayudando.

Nota: Me han relatado que estas líneas forman secuencias de vibraciones que representan alineaciones de la línea del tiempo.

Doctor Newton: ¿Cómo interpretaría el significado de las líneas?

Paciente: Ellas forman los patrones de los retratos de la vida en el orden que uno desea mirarlos, que uno necesita mirarlos.

Doctor Newton: No quiero adelantarme, Amy. Sólo dígame lo que el anciano hace con usted ahora.

Paciente: Está bien. Abre a otra página y me veo en la aldea que acabo de dejar. En realidad no es un retrato, es tan real, tiene vida. Estoy allí.

Doctor Newton: ¿está realmente en la escena o simplemente observa la escena?

Paciente: Podemos hacer cualquiera de las dos cosas, pero en estos momentos se supone que sólo debo observar las escenas.

Doctor Newton: Esto está bien, Amy. Examinemos la escena tal como el anciano se la presenta. Explique lo que está sucediendo.

Paciente: Oh… vamos a mirar… otras alternativas. Después de ver lo que en realidad hice en el estanque donde me quité la vida, la siguiente escena me lleva de vuelta al estanque, en la orilla. (pausa) Esta vez no me arrojo, no me ahogo, camino de regreso a la aldea (se ríe por primera vez). Aun estoy embarazada.

Doctor Newton: (riendo con ella) Bien, pase la página. ¿Ahora qué?

Paciente: Estoy con mi madre, Iris. Le confieso que llevo al bebé de Thomas. No está escandalizada como pensé que estaría, aunque sí molesta. Me echa un sermón. Luego… está llorando conmigo, abrazándome. (mi paciente se derrumba mientras con lágrimas intenta seguir hablando) Le digo que soy una buena muchacha, pero que estaba enamorada.

Doctor Newton: ¿Iris le cuenta a su padre?

Paciente: Es una de las alternativas de la pantalla.

Doctor Newton: Prosiga con ese patrón de alternativa, por favor.

Paciente: (pausa) Nos mudamos a otra villa, allí decimos que soy una viuda. Años más tarde me casaré con un hombre mayor. Son tiempos muy difíciles. Mi padre perdió mucho cuando nos mudamos y éramos aun más pobres que antes. Pero permanecimos juntos como una familia y la vida eventualmente mejoró. (vuelve a llorar) Mi pequeña niña era hermosa.

Doctor Newton: ¿Es esa la única acción alternativa que estudia en este momento?

Paciente: (resignada) Oh, no. Ahora miro otra alternativa. Vuelvo del estanque y confieso mi embarazo. Mis padres me gritan y discuten amargamente entre sí, culpándose mutuamente. Finalmente me dicen que no perderán la pequeña granja por la que tanto han luchado y que no abandonarán el lugar por culpa de mi deshonra. Me dan algo de dinero para que viaje a Londres e intente conseguir algún trabajo como empleada de servicio.

Doctor Newton: ¿Y cómo resulta?

Paciente: (con amargura) tal como lo había pensado. Londres no habría sido bueno. Termino en las calles, durmiendo con otros hombres. (tiembla) Muero joven y mi bebé se convierte en una niña abandonada que eventualmente muere también. Horrible…

Doctor Newton: Bueno, pero al menos usted intentó sobrevivir en esta vida alternativa. ¿Se le presentan más oportunidades de elegir?

Paciente: Me estoy agotando. El anciano me muestra una última alternativa. En esta escena mis padres siguen considerando que debo marcharme, pero esperan hasta que por la aldea pasa un mercader ambulante a quien le pagan algo de dinero para que me lleve a otro lugar. No vamos a Londres, sino a otras aldeas de la zona. Finalmente consigo empleo con una familia a la que les digo que mi esposo murió. El mercader me dio un anillo de latón y relató mi historia. No estoy segura de que me creyeran, no importa. Me establezco en ese pueblo, nunca llego a casarme, pero mi hija crece sana.

Doctor Newton: Después de haber contemplado otras alternativas al suicidio, ¿cuáles son sus conclusiones?

Paciente: (con tristeza) Fue un desperdicio quitarme la vida. Ahora lo sé. Creía que lo sabía todo. Justo después de morir me dije: «Dios, fue una estupidez, ahora tendré que volver a hacer todo de nuevo». Cuando comparecí ante el consejo, me preguntaron si deseaba probar de nuevo pronto. Dije: «Déjenme pensarlo por un tiempo».

Después de esta sesión mi paciente me comentó algunas de las decisiones que ha tenido que tomar en su actual vida y que han requerido de valor de su parte. Como quinceañera, quedó embarazada y tuvo que luchar contra este conflicto con la ayuda de consejeros escolares y finalmente de su madre, quien fue Iris en su vida como Amy. Ellas la apoyaron para levantarse sin importarle las opiniones de los demás. En nuestras sesiones juntos, ella aprendió que su alma tenía una tendencia a prejuzgar de manera negativa los eventos serios de su vida. En muchas vidas pasadas hubo un sentimiento de incertidumbre porque sus decisiones en los momentos de crisis fueran equivocadas.

Aunque Amy era reacia a volver a la Tierra, hoy es una mujer de mucha más confianza en sí misma. Se tomó cien años entre vidas, reflexionando sobre el suicidio y las decisiones tomadas en los siglos anteriores a esta vida. Amy es una alma musical y en un momento dijo:

«Debido a que desperdicié el cuerpo que me habían designado, estoy haciendo un tipo de penitencia. Durante la recreación no puedo ir al salón de música, lo cual me encanta hacer, porque necesito estar a solas en la biblioteca. Uso las pantallas para revisar mis acciones pasadas involucrando las alternativas en aquellos casos en que me he lastimado a mí misma o a aquellos que me rodean».

Cuando un paciente usa la palabra «pantalla» para describir como ve los eventos, el ámbito es importante. Las pequeñas salas de conferencia y la biblioteca muestran mesas con una variedad de libros del tamaño de un televisor. Estos así llamados libros tienen los pantallas tridimensionales iluminadas. Un cliente repitió los pensamientos de la mayoría, cuando dijo «Estos registros dan la ilusión de ser libros con páginas, pero son hojas de energía que vibran y forman patrones vívidos de eventos» (…).

Doctor Michael Newton. Destino de las almas. Un eterno crecimiento espiritual. Páginas 93-100.
Corrección respecto la versión original inglesa: Loto Perrella.