Regreso a la paz. Entrevista a Brian Weiss.
Revista Athanor. Número 35. Septiembre-octubre de 2002. Páginas 15-18.
Regreso a la paz. Entrevista a Brian Weiss.
Entrevistador: Josep Agustín. Intérprete: Loto Perrella. Fotógrafa: Natalia Campoy.
El Doctor Brian Weiss. Foto: Natalia Campoy.
Como estar en paz con uno mismo y, por consiguiente, con todo es quizá la fórmula mágica más buscada desde siempre por el ser humano. Al ser recibido por el doctor Brian Weiss en el hotel y durante toda la entrevista fuimos acompañados por la tranquilidad, el buen humor y el carácter atento de esta persona.
La conversación se condujo a través de su trabajo en el campo de las regresiones y otros aspectos, algunos fenoménicos, de actualidad.
En sus palabras escuchamos una afirmación íntegra: «El Amor y la Compasión son dos ingredientes esenciales para lograr diluir el miedo…». Realmente una buena fórmula para estar en Paz.
–Doctor Weiss, su labor en el campo de las regresiones es muy reconocida internacionalmente. Usted es un médico prestigioso en el campo de la psiquiatría biológica. Se formó en la medicina convencional. La vida después de la muerte, las palabras alma, espíritu, energía, maestros, no pertenecían entonces a su vocabulario profesional. ¿Cual fue el catalizador que le llevó a comenzar por las regresiones?–
–Lo que dice es muy exacto. Nada de eso lo aprendí en la escuela de psiquiatría, pero la experiencia con Katherin de la que se habla en Muchas vidas, muchos maestros fue el inicio del cambio. Y, desde entonces, 1988, he hecho regresiones con más de 3.000 pacientes: unos 3.500 en terapias individuales en mi consulta; pero, considerando los tratados en grupos, muchos más. En ciencia uno de los principios básicos consiste en observar sin juzgar; se observa sin esperar resultados. Cuando se hacen observaciones, se establecen hipótesis y de esta manera se desarrollan las teorías científicas. Mientras hacía estas observaciones con Katherin, observaba en otros pacientes los fenómenos que había que estudiar, que no se podían dejar de lado. Había gente que durante la regresión hablaba en idiomas extranjeros que nunca habían aprendido y gente que conocía datos e información sobre ellos mismos de otros tiempos y otros lugares y también detalles históricos que nunca habían estudiado; incluso encontraban información de sus propias tumbas en los registros antiguos de sus ciudades. Y al mismo tiempo mejoraban en su situación de salud: desaparecían los síntomas, desaparecían los miedos. Así que observaba unos cambios impresionantes en mis pacientes en todos los niveles. Como científico tenía que estudiar esas cosas y desarrollar hipótesis. De esa manera fui cambiando mi actitud. Ahora entreno a cientos de terapeutas cada año para seguir adelante con este trabajo y ellos consiguen los mismos resultados que encontré yo.–
–¿Qué significó el encuentro con Katherin en su vida laboral, familiar y social?–
–Me causó unos cambios muy grandes en ambos sectores de la vida, laboral y personal. En el trabajo empezaron a hablar de mí y a ocuparse de mí en todo el mundo y llegaron pacientes de todas partes del mundo a mi consulta a recibir este tipo de terapia. También en mi vida personal cambiaron los valores como resultado de ese trabajo. Descubrí que la muerte no existía y que por consiguiente no había de tenerle tanto miedo. Y que no nos llevamos nuestras cosas con nosotros cuando morimos. Mis valores cambiaron, las relaciones humanas personales se volvieron más importantes, desarrollé un sentimiento de paz y de tranquilidad y aprendí a meditar. Estas cosas cambiaron mi vida.–
De izquierda a derecha: La intérprete Loto Perrella, el Doctor Brian Weiss y el entrevistador Josep Agustín. Foto: Natalia Campoy.
–Ha escrito varios libros acerca de este tema, entre ellos Muchas vidas, muchos maestros y Lazos de amor. Cientos de personas se han beneficiado de su trabajo y se han formado con usted. ¿En qué consiste una regresión?–
–En un volver atrás en el tiempo en un estado de concentración y relajación profundas y recordar acontecimientos y experiencias del pasado. Pueden ser de anteayer –eso también es una regresión–, de la infancia, del periodo prenatal o de vidas pasadas o de experiencias espirituales. Ayer hubo una conferencia importante aquí en el Hotel Mayestic; había unas cuatrocientas personas. Hicimos un ejercicio de grupo y más de la mitad de los asistentes recordaron vidas pasadas. No son difíciles de hacer las regresiones, y es seguro. Fue un taller de cinco horas y la gente tuvo experiencias extraordinarias; luego las comentaron entre ellos.–
–En su libro Muchas vidas, muchos maestros, Katherin, su paciente, entra en contacto con sus maestros en un estado de hipnosis inducido. ¿Es posible vivir esta experiencia de forma voluntaria?–
–Sí, mucha gente lo hace. En el taller de ayer, varias personas en estado de hipnosis en regresión profunda tuvieron experiencias. Todos tenemos actitudes mediúmnicas. Todos podemos recibir mensajes, a veces de nuestros seres queridos que ya han fallecido, de niveles más elevados, de maestros, porque todos estamos relacionados. Es una sola energía y una sola consciencia. Con entrenamiento podemos conectar con esa energía superior y esta consciencia superior. Lo que Katherin hizo en aquel momento a mí me pareció extraordinario, pero mucha gente puede hacerlo.–
–Desde los años 40 o 50 la humanidad ha experimentado cambios científicos y culturales, de todo orden, muy rápidos. En estos momentos, con la era de Internet, toda la información, buena y mala, está a nuestro alcance. Medicina alternativa, ecología, espiritualidad, son palabras que forman parte del vocabulario de casi todos. ¿Qué puede significar para el ser humano ser conscientes de estas realidades de las que nos está hablando?–
–Lo positivo de esto es que se puede compartir información y conocimientos muy rápidamente, pero hay también aspectos negativos: no nos dejan tiempo de profundizar, de meditar, porque continuamente estamos bombardeados por factores externos. No pienso que sea bueno ni malo: es otra tecnología, como los teléfonos móviles que continuamente están interfiriendo en nuestra vida, pero que a veces pueden ser útiles. Todo se ha de utilizar con moderación y equilibrio; todo lo que se hace en exceso no puede ser saludable. Treinta minutos en Internet puede ser útil e ir bien, pero ocho horas seguidas, lo dudo mucho.–
–¿Qué es para usted la espiritualidad?–
–Para mí significa una consciencia superior; una consciencia y un conocimiento superior que es nuestra verdadera naturaleza. Teilhard de Chardin dijo que no somos seres humanos que tenemos una experiencia espiritual aquí, sino que, por el contrario, somos seres espirituales que están teniendo una experiencia humana. Espíritu se refiere al alma y se refiere a una consciencia superior. Es importante que nos concentremos más sobre estos valores superiores porque es por ello que estamos aquí en la Tierra. Hay quien dice que nos estamos volviendo más violentos y que no estamos progresando desde el punto de vista espiritual y los medios de comunicación a menudo hacen ver las cosas peores de lo que son porque tenemos inmediatamente la noticia de lo que está pasando en todo el planeta. En tiempos pasados quizá nunca nos habríamos enterado de las cosas que sucedían en lugares lejanos o habrían tardado meses o años en llegar hasta nosotros. Por eso pienso que estamos haciendo progresos, aunque la tecnología a veces hace pensar que no es así. Creo que hay un montón de gente espiritual en el mundo, buena gente. Pero un pequeño número de personas malvadas con disponibilidad tecnológica puede hacer mucho daño.–
–Desde tiempos muy antiguos el hombre ha dejado señales en todas las culturas de estos signos de espiritualidad. ¿Por qué cree que, por ejemplo en la religión cristiana, en el 500 después de Cristo en un Concilio se suprimen palabras como «reencarnación»?–
–Creo que hubo una razón específica para ello. Es una razón política. Los gobiernos y en especial el gobierno de la Iglesia, querían mayor control sobre la gente. En el cristianismo se abolió la palabra «reencarnación» porque pensaban que, sin la amenaza del día del Juicio Final, a la gente no habría manera de controlarla. Jesús creía en la reencarnación, esa es la ironía, la gran ironía, porque hay varias referencias a ella en la Bíblia, y es curioso que por razones políticas las ideas de Jesús en este campo fueron ignoradas y cambiadas, modificadas. Siempre ha habido dificultades con los políticos; no es ninguna novedad, aún hoy.–
–Tuvo el honor de conocer y trabajar con Elisabeth-Kübler-Ross, una persona comprometida con el acompañamiento de la muerte. ¿Puede comentar algo?–
–Ella era una amiga, nos hicimos amigos y habló sobre muchas de estas cosas. Ella no sólo trabajó en estas fases de la enfermedad y la muerte; hizo mucho más trabajo. Fue la pionera de las experiencias próximas a la muerte; se convirtió en una experta en analizar los dibujos que hacían los niños y adultos que se estaban muriendo. Creía también en la reencarnación y en las vidas pasadas, estábamos de acuerdo en todas estas cosas.–
–Sabemos que usted está trabajando en estos momentos en Estados Unidos con el prestigioso parapsicólogo James van Praagh. ¿Qué tipo de trabajo realiza?–
–Es un médium que canaliza mensajes y yo como psiquiatra estoy estudiando la consciencia humana, intentando averiguar de qué manera se pueden canalizar mensajes y recibir información de gente que ni se ha visto ni se ve. (Ayer, en el taller que hicimos, varias personas canalizaron, recibieron mensajes de seres queridos; incluso una persona recibió mensajes de otra que había trabajado con ella, pero que no había conocido nunca. Mensajes muy detallados, con nombres y lugares, de gente que había muerto.) Entonces, si él puede hacer esta canalización, todos podemos hacerla. Él, a causa de su entrenamiento, puede hacerla siempre que quiera, mientras que para la mayor parte de nosotros es una cosa aleatoria; puede ser o no ser.–
–Cuando una persona puede canalizar o es consciente de una vida pasada, ¿qué sucede, qué hace con esta información? El planeta, ¿en qué momento se encuentra de trabajo, a nivel grupal?–
–Esto ayuda a las personas. Por ejemplo, los que hablan con los seres queridos se dan cuenta de que la muerte no existe porque el alma sigue existiendo y puede comunicarse con personas que siguen teniendo su cuerpo físico. Eso ayuda a las personas que sufren por la ausencia de esos seres queridos. A nivel global, esto nos puede ayudar a darnos cuenta de que esta es nuestra casa, el planeta es nuestra casa, y de que tenemos que cuidarla, porque cuando nos reencarnamos volveremos aquí, y hemos de mantener nuestra casa habitable. No podemos destruir el aire, el agua y las condiciones de vida porque no son sólo nuestros hijos y nietos quienes van a vivir aquí: es que nosotros mismos vamos a regresar.–
–A veces se producen fenómenos físicos como los círculos de las cosechas, los crop circles. ¿Qué relación advierte o qué piensa usted al respecto?–
–Los he visto en Inglaterra y he hablado con uno de los agricultores, de los propietarios de la tierra. Ese agricultor es un hombre muy sencillo y honrado. Está convencido de que ningún ser humano habría podido crear estos círculos –y él es un profesional, un agricultor– por el modo en que la cebada está doblada, pero no rota la espiga, y por el tiempo utilizado. En Inglaterra en verano la noche es muy corta y estos círculos en las cosechas, que son muy complejos, aparecían en muy pocas horas. Y cuando ha habido gente que ha querido imitarlos, reproducirlos, ha sacado unas copias muy malas, muy bastas, de estos círculos. Y no quedan señales ni de ruedas de tractores ni de máquinas ni nada. No sabemos qué pasa con estos círculos, pero lo que sabemos es que no están hechos por seres humanos, no físicamente por lo menos.–
El Doctor Brian Weiss hojeando un ejemplar de la revista Athanor. Foto: Natalia Campoy.
–Es una perfecta geometría sagrada.–
–Sí, exacto. Y se hace en muy pocas horas. No hay huellas o señales de tractores. Todavía no hay una explicación científica. Lo único que sé es que los seres humanos por ahora no lo pueden hacer. Es el trabajo de alguna otra fuerza o energía. No necesariamente ha de ser extraterrestre; puede ser una energía mental o alguna energía electromagnética que no comprendemos o comunicaciones de otras fuentes. Lo único que sé es que el fenómeno no es provocado por seres humanos.–
–En estos momentos los seres humanos están en condiciones óptimas para tener una comprensión más elevada de su misión en el planeta. Al mismo tiempo existen los desastres más grandes, las guerras más sangrientas, los atentados más graves. ¿Cual es su percepción al respecto?–
–La tecnología está avanzando muy rápidamente. Los seres humanos siempre han sido violentos, siempre ha habido guerras, pero ahora las armas son mucho más efectivas. Las armas biológicas son mucho más peligrosas que las lanzas. Hay una especie de carrera entre el desarrollo tecnológico y el desarrollo espiritual. Espero que la gente espiritual gane la carrera.–
–En su libro Muchas vidas, muchos maestros, en un pasaje, Katherin canaliza un maestro y habla del miedo como un gran derroche de energía. ¿A qué tiene realmente miedo el ser humano?–
–Tenemos muchos miedos, tenemos miedo a la muerte, a la vida, al fracaso, a la enfermedad, a la pérdida, a no ser queridos, a no ser aceptados por la colectividad. Tenemos un autoservicio de miedos, no es sólo un miedo, es miedo en general. Tenemos que encontrarnos mucho más en el amor y la compasión, porque el amor y la compasión pueden disolver el miedo.–
–Hemos hablado del pasado, del presente. ¿Qué proyectos tiene para el futuro?–
–Ahora hay cinco libros en castellano. El cuarto libro, Los mensajes de los sabios, es muy importante para mi. El quinto es sobre el mismo tema, pero más artístico: habla de lo que hay que hacer para el planeta –las cosas de las que hemos estado hablando, y las cosas que hay que hacer para el planeta–. Hay mucha presión por parte de los editores para que escriba más, pero no voy a escribir hasta que tenga algo que decir. Ahora estoy visitando muchos países para hablar de estos temas del amor, la inmortalidad, la compasión. Mi intuición me dice que esto es importante, pero los resultados están fuera de mi alcance. Lo que puedo hacer es ofrecer y dar. Los resultados dependen de un nivel superior. Este nivel superior me hará saber cuáles son los proyectos para el futuro cuando llegue el momento. Por ahora, es compartir estas investigaciones con el mayor número posible de personas. Estoy seguro de que habrá muchos más proyectos para el futuro, pero prefiero vivir el momento presente. Si vivo ahora de manera correcta ocupándome del presente, el futuro se organizará solo. Éste es otro miedo: tenemos miedo al futuro.
Los mensajes son finalmente los mismos: sabemos las respuestas, sabemos lo que hay que hacer, pero somos una especie muy tozuda. Hacerlo es mucho más difícil que saberlo.–
–Doctor Weiss, muchas gracias.–
–Muchas gracias a vosotros por la oportunidad.–